¿Cuáles son los componentes y las características de los cementos blancos?
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En la actualidad el cemento blanco es usado en múltiples aplicaciones como: boquillas, pegantes especializados de color, pegantes para porcelanatos, morteros de color y una de las aplicaciones más importantes es la producción de concretos blancos y de color. Los componentes básicos para la producción de clinker para cementos blancos son los mismos que para el cemento gris, pero con algunas características especiales de esos componentes y sus temperaturas de cocción. A continuación los explicaremos y describiremos:
La caliza: es el principal constituyente del cemento blanco (75 – 85%), tipo común de roca blanca sedimentaria de gran pureza química (98%), y compuesta principalmente por calcita y dolomita (90%). Cuando se calcina, da lugar a la cal (óxido de calcio). Otros componentes presentes en su composición son el óxido de hierro, fósiles y otros minerales. Estos componentes son necesarios para la formación del clinker en las etapas posteriores.
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Caolín: es un tipo de arcilla muy pura (presenta un bajo contenido de hierro), blanda y blanca, con plasticidad variable, pero en general baja, que retiene su color blanco durante la cocción. Constituye el segundo componente en importancia en el crudo de cemento blanco (10 – 25 %) y aporta a éste la sílice necesaria, su principal constituyente es el mineral caolinita.
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Yeso: es un mineral común, consistente en sulfato de calcio hidratado. Es un tipo de roca sedimentaria, formado por la precipitación de sulfato de calcio en el agua del mar y está asociado con frecuencia a otras formas de depósitos salinos, como la halita y la anhidrita, así como a piedra caliza y a esquisto. El yeso se origina en zonas volcánicas por la acción de ácido sulfúrico sobre minerales con contenido en calcio; también se encuentra en muchas arcillas como un producto de la reacción de la caliza con ácido sulfúrico.
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El yeso que se utiliza en la fabricación del cemento blanco necesita ser muy puro, con valores que oscilen entre un (80 y 90%) de grado de pureza. La principal función que cumple con su adición al crudo es regular la hidratación y el fraguado del cemento, mediante una reacción con el aluminato tricálcico. Los avances científicos nos permiten hoy en día lograr unos grados de blancura notables, controlando las características de los componentes menores.
Para la elaboración de los clinker para cemento blanco se seleccionan rocas calizas blancas o caolines con una mineralogía pura. También con el fin de lograr este resultado se limita la composición de elementos ferrosos a máximo 0.15%, ya que este es uno de los elementos que le da la característica típica del cemento gris.
La calidad del cemento blanco se mide a través de ensayos de cromografía dada por la ICI (International Commission on Ilumination), y para medir la blancura se evalúan tres parámetros importantes:
La pureza: hace referencia a la intensidad del tono y se mide en porcentaje de color.
La longitud de onda básica y dominante: esta longitud de onda determina la tonalidad que caracteriza a cada uno de los cementos y por eso encontramos diferentes tipos de blancos.
La brillantez: se mide con respecto al oxido de magnesio que se considera un blanco puro. La brillantez es el poder de reflejar la luz que incide superficialmente. Se mide como la diferencia en porcentaje de la luz reflejada por la superficie del cemento con respecto a la que nos da el reflejo de una superficie de óxido de magnesio.
Los cementos blancos poseen características mecánicas similares a las de los cementos grises, pero existen cementos blancos de muchas clases: desde cementos de albañilería de resistencia 22,5 MPa, hasta estructurales de resistencia 52,5. Existen cementos resistentes tipo I hasta tipo II, pero por su composición, no resisten condiciones agresivas, como el contacto con el agua de mar; además el cemento blanco necesita más agua que los cementos normales, y su tiempo de inicio de fraguado es menor (en torno a 60 minutos).
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Conclusión
Gracias a que el cemento blanco posee gran finura, excelente blancura, y sus tiempos de fraguado permiten un rápido desmolde sin afectar el tiempo requerido para la manipulación, colocación y acabado de las mezclas, permite obtener superficies con mayor iluminación generando espacios más confortables. Su versatilidad en cuanto a alternativas de color y textura en los acabados permite obtener concretos a la vista eliminando labores posteriores.